El BADS ha sido adaptado para niños (BADS-C), con el fin de examinar diversos aspectos relacionados con el síndrome disejecutivo, como:
Inflexibilidad y perseveración.
Solución de problemas novedosos.
Impulsividad.
Planificación.
La capacidad de utlilizar feedback y autorregular la propia conducta en consecuencia.
Los déficits en la función ejecutiva están bien documentados en niños y adolescentes con trastornos del neurodesarrollo, como déficit de atención, trastornos generalizados del desarrollo, y aquellos con daño cerebral adquirido.
Muchos niños con habilidades ejecutivas pobres presentan:
Relaciones sociales débiles.
Problemas en las habilidades comunicativas.
Dificultades de aprendizaje o del comportamiento.
Baja autoestima.
La identificación temprana del síndrome disejecutivo es crucial, ya que estos problemas probablemente se vayan haciendo más importantes a media que aumenta la edad del niño y tiene que afrontar una complejidad mayor en su vida.